Menestral

"Quisiera creer que  nos aguarda un mejor destino, algo más que ser siempre menestrales mal agremiados bajo horizontes precarios; eternamente manipulados a semejanza de tambores altisonantes en pellejos facturados, que tras sufrir vidas sometidas, no hallarán descanso y por amor al arte establecido, seguirán convenientemente recibiendo palos".
JAMY

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Frente

El poder, de naturaleza autoritaria, no respeta al pueblo. Lo trata con furia y desprecio manifiesto. Así lo demuestra la historia; los agentes del poder han oprimido, explotado, engañado y manipulado al pueblo para mantener sus privilegios, sus riquezas, sus influencias y sus dogmas. Sistemáticamente han negado al pueblo el recurso a la palabra, mínima y dolorosa forma de expresar el eco de su sufrimiento. Lo han humillado, han intentado menoscabar su dignidad, arrebatarle la honra, lo han silenciado en todos los caminos trazados por la razón y necesarios para el entendimiento. Lo han atacado con la sañuda crueldad del enemigo acérrimo, recurriendo al hambre, a golpes de totalitarismo, vociferando mentiras de forma sistemática, le han quitado tanto, que ya no le queda nada que perder, ni siquiera el miedo. Quieren reducirlo a nada, pretenden aniquilar el progreso y la emancipación, porque no entienden, ni tan siquiera albergan, en la ruin estrechez de sus almas mezquinas, la capacidad...
Leer más

Damnación

En el enigmático pueblo de Bergabid, donde los vientos susurraban secretos ancestrales y las estrellas tejían destinos ineludibles, vivía Locatus, un alma atrapada en un aparente sinsentido. La esquiva fortuna, o quizás alguna inadvertida transgresión contra algún ignoto precepto divino, le había aparejado una terrible afección; se hallaba condenado a una existencia marcada por la más sutil y terrible damnación; consistía en una episódica forma de incomunicación que lo aislaba de sus semejantes. Locatus, víctima involuntaria de la otredad, carecía ocasionalmente de propiocepción, sentía una desconexión tan profunda que su propia esencia parecía desvanecerse en el éter. En ocasiones, la interacción con los otros habitantes de Bergabid se tornaba un laberinto de equívocos y confusiones. Las palabras, esas frágiles mensajeras de la intención humana, adquirían significados ajenos a la realidad, distorsionándose como reflejos en un espejo roto. Locatus, con su mente afligida y el espíritu a...
Leer más

Callejón

La Revolución Silenciosa La plaza del pueblo hervía de gente. Era el día de la manifestación convocada por el Partido. Bajo un sol implacable, agitaban sus pendones y entonaban himnos, contagiosamente persuadidos de ser los únicos salvadores de la nación y el orden. Los ecos de su fervor resonaban como un rugido monolítico, una cacofonía opresiva que pretendía ahogar cualquier amago de disidencia. En un rincón de la plaza que daba al callejón del casino, un grupo de jóvenes contemplaba el espectáculo con curiosidad y escepticismo. Eran estudiantes de la universidad, que habían venido a pasar el fin de semana al pueblo ancestral de uno de ellos. No comulgaban con la ideología del Partido, ni tampoco con la de ningún otro grupo político organizado. Les gustaba pensar por sí mismos, cuestionar las verdades impuestas y dialogar con respeto y tolerancia. - ¿Qué os parece esto? - preguntó Luis, señalando a la muchedumbre enardecida. - Me parece una barbaridad - respondió Fernando -. ¿Cómo pu...
Leer más